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lunes, 30 de enero de 2012

EL SOL

El sonido de la lluvia es hechizador, relajante.
Sentado en el porche, escucho la improvisada melodía que se escucha al golpear las gotas de lluvia contra el suelo.  Oliendo el envolvente aroma de la tierra recién empapada, el olor de la hierba bañada por la magia de la naturaleza.  Es cierto que, a veces, la naturaleza se revela en malvada y destructora pero hoy, como si fuera un gran  artista del renacimiento, dibuja ante mi un juego de fuerzas magistrales digno de admirar y recordar.  La lucha por el poder entre el Sol y las nubes está a punta de empezar y tengo butaca preferente ante el ring natural que hará de escenario a la batalla final.
Disfruto del espectáculo natural que me proporciona la tenue luz de un día de amanecer gris y presencio en silencio la lucha, sin cuartel, que libra el Sol en contra de las nubes que, de momento, ganan la batalla.
En el horizonte, fundiéndose con el Mar Meditérraneo, el Arcoiris, el milagro de la física dibujado en el cielo se alía con el Sol para ejercer de caballería mítica ante la infantería que son las, ya débiles, gotas de agua que intentan golpear las ondas que envía el Sol en su contra.
 Parece que la batalla ahora esta más del lado del Sol que enviando sus soldados en forma de rayos caloríficos, consigue que las nubes se evaporen con gran velocidad ofreciendo,  por  momentos, la magia del contraste, de lo gris a lo claro, de los oscuro a lo brillante.
A la vez que el Sol avanza impasible hacia lo más alto del cielo, casi ya,  por completo  del color azul oscuro, limpio y profundo que dejan los restos de lo que intentó ser la tormenta perfecta, un despertar de seres maravillosos salen de sus escondites para corroborar el fin de la lucha y, de esta manera, dar por vencedor final al Rey, el Sol, implacable y eficaz, vencedor arrollador de esta batalla de hoy, la guerra natural continúa, el ejercito formado por los cúmulos, estratos, nimbos y cirros no se rinden y prometen vengar a sus muertos.
Después de la batalla ha llegado la calma, continúo en mi porche disfrutando de esta tregua temporal, hasta que de nuevo regrese el conflicto eterno entre los dos bandos enfrentados, el reino de la luz y el imperio de las sombras, que batallarán hasta el fin de los dias por la supremacia en el territorio de lo natural.


Óscar Pérez.